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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Una gran lección para los argentinos en particular y para los hombres en general. Una reflexión profunda para quienes somos docentes...

No tiene que ver con este mes calendario pero hoy llegó a mis manos y no quiero esperar al 2 de abril para compartirlo...

Cuenta regresiva....

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¿Será que tenemos alma de presos? Llega esta altura del año y nos convertimos sin querer en esmerados contadores de los días, horas y minutos que nos faltan para llegar al 31 de diciembre. Las vacaciones son la mejor e indiscutible excusa. ¿Quién no las espera? Y cuánto mejor si vienen con aroma a mar, sierras o cualquier lugar que nos transporte por unos días a otra frecuencia. Pero más allá de eso, pareciera que el cambio "numérico" de año fuera mágico. Si el 2010  fue de esos años memorables, en que la vida no se cansó de sonreírnos, no queremos que termine. Por las dudas...para no cambiar la racha... Si por el contrario, fue de esos francamente olvidables, creemos que sólo por llegar el Año Nuevo, nuestra suerte cambiará en 24 hs. Están los años en que se nos da por hacer balances. Están los años en que la vida nos cambia por completo...para bien o para mal..... Están los años en que sencillamente querés que se terminen para renovar pilas, descanso mediante.Nad...

No es mío.... pero lo comparto...¿El mundo que le dejamos a nuestros hijos?¿O es al revés?

Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:   Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados". Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?" Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?" Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "y a mí, qué me importa?!" Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco. Yo era hijo único. A...