Vuelvo una vez más a los signos de puntuación, esos que pueblan cada hoja del gran cuaderno que es nuestra vida....
¿¿¿Hay sólo un punto final??? ¿¿O cada historia puede tener el suyo??
Cada paso que recorremos y va quedando plasmado en ese papel imaginario, lleva puntos, comas, paréntesis, puntos suspensivos, puntos y aparte...Y a veces también el temible punto final.
¡Cómo cuesta a veces tomar la decisión de ponerlo! Siempre es más fácil, menos doloroso y más cómodo, creer "que el que mejor le queda" es el punto y aparte...Ese que permite continuar, abriendo el juego una y otra vez, pero continuar...Nos resistimos a los puntos finales.
Ellos son los que nos sacuden, mostrándonos la realidad y nos ponen de cara a esas personas que no están en el lugar en que creíamos, o en el que quisiéramos...
Nos enfrentan a la necesidad de empezar de nuevo, de asumir "lo que no puede ser", o al menos de lo que no es como desearíamos... Nos invitan a la despedida…
Nos obligan a reconocer de una vez por todas a la soledad como la única compañía real permitiendo el reencuentro con nosotros mismos...
Y volvemos a empezar... Pero una nueva hoja... de otra historia...de esta, nuestra vida.
¿¿¿Hay sólo un punto final??? ¿¿O cada historia puede tener el suyo??
Cada paso que recorremos y va quedando plasmado en ese papel imaginario, lleva puntos, comas, paréntesis, puntos suspensivos, puntos y aparte...Y a veces también el temible punto final.
¡Cómo cuesta a veces tomar la decisión de ponerlo! Siempre es más fácil, menos doloroso y más cómodo, creer "que el que mejor le queda" es el punto y aparte...Ese que permite continuar, abriendo el juego una y otra vez, pero continuar...Nos resistimos a los puntos finales.
Ellos son los que nos sacuden, mostrándonos la realidad y nos ponen de cara a esas personas que no están en el lugar en que creíamos, o en el que quisiéramos...
Nos enfrentan a la necesidad de empezar de nuevo, de asumir "lo que no puede ser", o al menos de lo que no es como desearíamos... Nos invitan a la despedida…
Nos obligan a reconocer de una vez por todas a la soledad como la única compañía real permitiendo el reencuentro con nosotros mismos...
Y volvemos a empezar... Pero una nueva hoja... de otra historia...de esta, nuestra vida.
2 comentarios:
En nuestra educación nos enseñaron a hacer la vida en borrador, para luego pasrla en limpio, pero la vida no lo permite, dejemos de escribir la vida en borrador, escribamos la vida como se nos presenta con aciertos y no tan ciertos...
cariños
¡Muy pero muy cierto!!!
No hay tiempo para pasar en limpio, es cuestión de hacer la mejor letra que se pueda en cada página!!! Y disfrutarlo!!!
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