Un viaje por el túnel del tiempo

Hoy, en un domingo en que el sol me quema la cara y la nieve me hiela el alma, decidí realizar un viaje en el tiempo hacia el lugar que más amo...mi infancia.
Inevitablemente me encuentro con otros domingos: de luz, de risas, de afectos...
Esos domingos en los que soñaba cómo sería ser grande...
¡¡Qué tontería es querer crecer cuando el único país de luz es la infancia!!
Llego y me bajo en un patio en el que "Katy" me ladra mientras paseo entre los tomates frescos de la pequeña huerta de la abuela.
Me distrae un sabroso aroma a asado preparado entre partidos de Racing por la radio e higos robados de la higuera que asoma por la medianera.
Y el inevitable juego de la peluquera (Con tijera y todo), en el que mis muñecas, resignadas, esperaban su turno en el escritorio del abuelo.
Y no podía faltar la deliciosa merienda: Té con "Tunitas", en tazas de porcelana color verde.
Y el trencito preparado con los gigantes sillones del patio con mi abuelo de maquinista. Y el paseo perfecto si mis primos resultaban de la partida!!!
Para completar el día, de postre, un viaje en la "Estanciera" hasta donde yo quisiera ir...
¡Y yo quería crecer!