No sé si alguno de ustedes habrá jugado alguna vez a ese histórico jueguito, diseñado en base a unos pares de columnas en un papel horizontal, un lápiz, el abecedario y la imaginación y rapidez de cada uno.
El final del juego llega cuando alguien grita BASTA PARA MI, BASTA PARA TODOS! Señal de que no dejó ningún casillero sin llenar.
Y ahí es la hora de la verdad.... la sonrisa de triunfo del que gritó, las muecas de pesar de quienes estaban a punto de hacerlo y la desilusión total de quienes su ritmo no les permitió siquiera acercarse a la última columna.
En esas columnas se van enumerando: Nombres, cosas, colores, lugares...etc...Al final se van colocando los puntajes de acuerdo a qué tan original pudo ser cada jugador. Obvio que gana el que más puntos tiene.
Como en la vida. Cada uno va completándola con nombres: unos más valiosos que otros, pero eso se descubre al final.
Cosas que nos llenan la existencia de placer y también de preocupaciones, a veces demasiadas preocupaciones por ser sólo cosas....
Colores: El celeste-verde del mar, la arena marrón, el mantel multicolor de los domingos, el blanco vestido de novia...
Lugares: la plaza en que crecimos, el colegio que nos abrió las puertas al mundo, el espacio en que día tras día nos bendice con nuestro trabajo, la casa en la que elegimos vivir...
A cada momento vamos completando el tutifrutti de nuestra propia vida. A veces en forma prolija y segura. En ocasiones, con algunas tachaduras con la esperanza de haber elegido mejor. En otras oportunidades, dejando columnas en blanco por no saber qué elegir...
Rara vez gritemos Basta para mí, basta para todos, cuando nuestras columnas están llenas porque parece que nunca alcanzara, siempre queremos más y seguimos escribiendo y borrando sin terminar de conformarnos.
Y por el contrario, el Basta para mí, aparece cuando ya no podemos más, cuando nuestras fuerzas desaparecen y le dejan lugar a la desilusión y a la tristeza. Es ahí cuando podemos vernos solos, en medio de esas columnas que sostienen nuestra existencia. Y es en ese preciso momento, en que tal vez tomemos la decisión de dar vuelta la página, de una vez por todas pensar primero en nosotros mismos y gritar definitivamemte...BASTA PARA TODOS!Buscando la imagen para este post, llegué a un blog que vale la pena que visiten:
Pido disculpas a Edu, por "robarme" su imagen.
(Para ser ladrona, bastante honesta,no?)
9 comentarios:
tiempos de basta...mmmmmmmm tsunami en puerta!
beso de domingo más que aburrido!
Estoy en ese preciso momento en que solo quiero gritar BASTA! y darme un respiro para recuperar fuerzas y otras tantas cosas más que he perdido en el camino...
Bsos con mucho cariño
Patry: El tsunami ya pasó...¿No viste que me rompió todas las tejas y ando a tachito?
Ahora es tiempo de "BASTAS" tranquilo pero firme...
Deep: Es muy sano poner punto final a cosas que nos hacen mal....
El Basta es duro, pero a veces es más duro perdurar en esas situaciones...
Si, si habré jugado a ese juego.
Aunque confieso que no ganaba muy seguido porque soy muy lento para todo.
Y lo de "No hay mal que por bien no venga"?
No pensó en eso?
Seguramente algo bueno sale de todo lo malo.
Ahora tiene electrodomésticos nuevos y lavó esos pisos de una vez.
Ji, Ji.
Gamar: Yo sí ganaba, al contrario que usted si era rápida....para escribir obvio, no sea mal pensado. Así que en cualquier momento lo desafío.....
Ahora...con lo de los electrodomésticos...me perdí...¿Me ayuda a encontrarme?
Uy! si! cuando uno dice basta, y lo dice en serio, desde la cabeza, pero el resto se queda atrancado. Cuesta.
Basta alineado de razón y sentimiento, es mas facil.
un beso
Los "basta" son liberadores, porque hasta cierto punto son necesarios, nos dan una asepsia mental que a veces equilibra los tantos.
Hay que respetar ciertos límites, en el juego y en la vida. Se mueve algún casillero, se vuelve a intentar, y la esperanza de que esta vez todo sea mejor caldea el aire.
Porque por cada final hay un comienzo, graciadió.
Cariños.
Será que la vida es un juego... Definitivamente.
A veces tenemos que parar. No se si es "basta para todos", pero al menos "basta para mí".
Me encantó la comparación. Debe ser porque moría jugando al Tuttifrutti.
Besos.
Nadasepierde, Verito, Fabiana...
Así llegaron mis flamantes 43 años....Al pan, pan y al vino, vino...Sin vueltas!
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