Un por qué sin respuesta
Ese Superman de mi infancia
que me llevaba a la calesita los domingos,
que jugaba al trencito y sonreía...
Ese ser excepcional, todo ternura
hacía de todos mis días una fiesta
y con él cada domingo
era la más linda de las locuras.
Ese grandote, lleno de picardía
con la más inocente de las sonrisas
apañaba raras historias
y mis travesuras compartía.
A bordo de su "mágica Estanciera"
ese "Meteoro de entrecasa"
acortaba los caminos
y achicaba las distancias...
Esa persona de corazón gigante
ejemplo de ser humano
de honradez, generosidad y alegría...
Ese gran regalo que me dio la vida,
una mañana fría y triste de invierno,
ella misma me lo quitó,
en silencio, sin permiso
y con él mi risa se llevó...
Mis diez años no comprendieron
el por qué de una injusticia tan grande.
Mi niñez, mi calesita, mis domingos...
Ya no volvieron a ser como antes.
El tiempo, amigo inseparable,
no pudo realizar el milagro...
de cubrir ese enorme espacio de mi vida,
que aún lo añora
que aún lo espera
y que nunca se resigna...
Hoy, ya mujer, aún extraño
su mirada, su sonrisa...
Y el calor de aquellas manos...
Comentarios
Tantas veces en la vida buscamos una respuesta que no llega! La vida nos da, pero también nos quita. Quizás algún día podamos comprender, mientras tanto seguiremos sintiendo.
Un abrazo nuevamente.-
con mayor profundidad...Realmente conmovedor...con la clara mirada de una niña sensible de diez años. No cambies! Seguí siendo esa chiquita.
El dolor tambien nos nutre y nos da sabiduría.Una visión mas aguda.Un saludo afectuoso de mi parte.
El vive en tu corazon!!!
Besotes!!!
Jo
besos con sabor a fresa