16/11/09

Cómplices

Planeó cuidadosamente cada detalle. Nada podía salirse de lo planeado... Esperó que se apagaran una a una las luces de la casa. Ningún ruido debía escucharse... Sentado en el césped, oculto en la oscuridad del parque.Miraba una y otra vez el reloj. Su paciencia se iba agotando. No entendía qué podría haber pasado. El apagado de la última luz era la señal del encuentro para llevar a cabo su misión. Esperó un rato más pero, viendo que nadie se acercaba, decidió emprender lo pactado a solas.
Entró sin que la puerta apenas se enterara. No era fácil manejarse a oscuras aunque fuera un lugar sumamente familiar. Subió con sigilo las escaleras, sólo el ruido de su respiración lo escoltaba... Llegó a la planta alta. Indudablemente todos dormían. Se sacó los zapatos para que sus pasos no fueran los autores de ninguna presencia inesperada. Siguió ascendiendo hasta el altillo. Allí se decidió a encender la luz. Tomó el botín tan largamente acariciado y con el mismo cuidado, comenzó a volver sobre sus pasos. Al acercarse a la puerta de los dormitorios, se sobresaltó ante la presencia de quien debía unirse a él un rato antes. Lo ayudó con su carga y fueron descendiendo uno a uno los peldaños que los separaban de la puerta principal. Al llegar al living sólo se podía observar la enorme sombra del árbol de Navidad que se encontraba al lado de la ventana iluminado por la luz de la luna. Llegaron hasta allí, depositaron los hermosos paquetes con la misma ilusión con que los recibían cuando eran chicos y se miraron satisfechos. Sellaron con un abrazo la emoción que les provocaba ser cómplices en esa mágica aventura.
Salieron de la escena rápidamente, temiendo ser descubiertos antes de que el sol anunciara que era la hora...
La hora de disfrutar la carita que sus hijos pondrían, al descubrir la sorpresa tan largamente planificada...

14 comentarios:

La Gata dijo...

Qué botín tan especial... la ilusión reflejada en la cara de sus hijos al ver los regalos, ese sí que es un gran regalo!
Ya me estaba preguntando qué era lo que querían sustraer esas personas tan malvadas, jeje.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Una ilusión indescriptible, impagable, insustituible...

Stella dijo...

Ahhh, pero que lindooooooo! Esa si que es una aventura silenciosa que llena el alma de felicidad!
Es que la inocencia de los hijos dura tan poco!!
Me encantó, Gla!!

Besooss

Patrycia dijo...

http://www.photofunia.com/ de aqui los milagritos!


beso!

=)


ahhhhhhhhhh!!me encantó el relato adoraba ver esas caritas en mis hijos!pero crecieron!!!=)

Fabiana dijo...

Esas caras son el premio mayor siempre.

No soy amante de esta época del año, pero reconozco que la magia que trae resulta contagiosa.

Besos.

Gla dijo...

la gata...De malvadas nada, de sustraer tampoco.....todos fuimos alguna vez "sospechosos en medio de la noche".

Diavolo...Increíble, irrepetible, impresionante...

Stella: ¡Muy cierto! Y qué tremendo el momento en que te encontrás tratando de siga viva esa ilusión...pero está bien...tiene que dar paso a otras ilusiones mayores....

Patry: La mía, para esto también está grande...Por suerte existen los sobrinos....

Fabiana: Son épocas difíciles para mucha gente...Por los que no están...por los que están y no se llevan bien...por los que ni la pasan bien, ni dejan que otros lo disfruten...en fin...

gamar dijo...

Ah, no hubo asesinatos ni robos.
Que mal anda mi cabeza.
Me voy a mirar crónica.
Besos

Luis (Flamel) dijo...

Nada nos puede hacer más felices que ser complices en lograr hacer felices a otros.

Saludos desde Montevideo.Luis

Gla dijo...

Gamar: Paso...no lo acompaño...Los noticieros me están estropeando el poco cerebro que me va quedando....

Luis: Tenés toda la razón...planear sorpresas hace que podamos disfrutar por anticipado de la alegría de los que queremos...Bienvenido a mi rincón...ya pasaré a visitarte...

ESTELA dijo...

Ahhhhh que hermoso lo que escribis!! Me mori de amor♥ se siente tal cual!!
Es lo mas lindo de la navidad cuando sos chico y lo mas lindo de la navidad cuando sos grande y tenes hijos.
Siempre digo que desde que nacio mi hijo mayor, Tomás... volvi a creer en Papá Noel y a gustarme la navidad.
Un beso, gracias por pasar por mi blog :)

Gla dijo...

Lu: Bienvenida!
Es cierto, es como que reeditáramos nuestra niñez en la de nuestros hijos...

Anónimo dijo...

siiii que lindo...que lindo hacer esas cosas por los hijos, propios y ajenos, y verles después la cara...ya solo eso es felicidad completa.
Es emocionante, y mas como lo contás!
un beso

Gise dijo...

Muy lindo post. Que gratificante es venir a visitarte Gla! Gracias. Besito.

Gla dijo...

Nadasepierde, Gise...
Todos hemos disfrutado en algún momento de esos momentos de felicidad...qué bueno es proponérselos...