Un
día...casi sin querer...comenzamos a ser compañeros de ruta...
De
repente nos miramos y supimos que el objetivo era un camino juntos...
Fuimos
piloto, copiloto...a veces simple compañía e incluso hemos amagado a bajarnos y
abandonar el sendero trazado...
Atravesamos
hermosos paisajes poblados de colores, secos desiertos que invitaban a
abandonarlo todo, días luminosos como pocos y tormentas terribles...
Fueron
pocas las veces en que nos cuestionamos si la elección era adecuada, si
realmente nos complementábamos...y siempre...invariablemente... el otro supo
esperar a que tomáramos la mejor decisión...
Siempre
a la par, siempre proyectando y soñando juntos, protegiéndonos y sirviéndonos
de escudo frente a quienes no supieron querernos bien.
De
la mano descubrimos la felicidad absoluta, al vernos reflejados en los ojos de
nuestra hija que nos mira con amor y admiración…
Hoy,
ya transitamos muchos kilómetros codo a codo, superando caminos escarpados,
pendientes silenciosas, y empinados trayectos a la cima...
Y
más allá de todo, del paisaje y del tiempo, estamos seguros y felices de seguir
andando juntos...
De
volver a elegirnos todos los días... Por la misma ruta... Hacia el mismo
destino...
4 comentarios:
Me alegro mucho!!!
:)
Bello!
¿Entonces está todo bien? Si es así, me alegro por ustedes. Otra oportunidad siempre es motivo de festejo.
Besos.
¡Gracias chicas!¿Por qué no iba a estar todo bien?Las tormentas venían por otro lado....
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